SEXY: Eseee (tocando fuerte la puerta del baño)
Wey en Cabina: ¿qué pasó? (que no es baño chingaus)
SEXY: A grabar canijo (en el baño)
Wey en Cabina: Pus ándales ponte ahí y ya listo (cabrón…no es baño)
SEXY: anda, apúrale que no quiero que se me olvide (baño, baño, baño)
Wey en Cabina: con que no sea otra entrevista, porque eres malísimo wey (cabina, cabina, cabina)
SEXY: esto de que puedas leer mis pensamientos no está chido, bueno algo divertido pero no siempre
Wey en Cabina: (pendejo)
SEXY: yo también puedo leer los tuyos inútil; por cierto, no, no es otra entrevista
Wey en Cabina: pus que bueno porque el programa pasado fue una mentada de madre, estuvo rete largo. Ya estás grabando…
SEXY: aguanta ¿y la jalada esa de la cuenta regresiva?
Wey en Cabina: ah…ps 5, 3, 1… ¿contento?
SEXY:
Una vez más sean todos y todas bienvenidas y bienvenidos a este su programa favorito (sí como no), primero que nada agradezco a cada uno de ustedes por leer la entrada anterior, ya saben que gracias a una tecnología que sólo tenemos aquí en (el baño) “The Sexy Life Of” podemos saber cuántas personas y desde dónde han leído el programa (sería mejor que dejaran comentarios), por cierto quiero agradecer a quien quiera que sea la persona que se puso a compartir su gusto por este programa en la hermana república de Honduras (ni sé si es república jaja) pues últimamente las visitas de ese país han ido en aumento.
Hace unos días en casa de una prima (mi prima favorita de la niñez si me lo preguntan) recordaba cuán difícil fue para mi mamá eso de educarme y criarme, nos acordábamos de todas las cosas que tuvo que hacer para que su CARBONCITO se convirtiera en lo que hoy soy yo (no mucho dirán algunos …envidiosos), entre esas cosas estaba aquella anécdota en que me puso a vender chicles de la cual ustedes ya se han enterado y si no la recuerdan (o no la han leído) acá les dejo la liga para que vayan corriendo a leer: Programa 2-Negocios
Entre recuerdo y recuerdo la memoria nos puso sobre la mesa algo de lo que ya no me acordaba fue hace mucho tiempo (creo que cuando yo iba en tercero de primaria), si no me equivoco fue en el mismo año en que mi madre querida y adorada me ascendió al puesto de vendedor de gomas de mascar. Como a ojos de mi mamá (y de todos los demás) yo no le echaba las ganas suficientes a la escuela (siempre quería dieces…o nueves u ochos…o sietes, o que mínimo pasara la materia, pero siempre quería algo), se le ocurrió una magnífica idea (mucho mejor que abrir una franquicia de chicleros): Mandarme unos días a que tomara clases en una escuela de Huamantla.
Al principio lo tomé muy positivamente (por lo menos ya no pensaba que moriría como cuando los chicles), me puse muy guapetón, bueno la neta hice el intento, me arreglé, me peiné, me puse una camisa azul marino con perritos blancos por todos lados (bien varonil), tomé una mochila en la que metí un par de libretas, una caja de colores que gustaba de presumir (y utilizar en obras de arte que el mismo Dalí envidiaría), mi cuaderno en el que tenía una cantidad moderada de dibujos y por supuesto al más puro Dalí Style unas hojas en blanco firmadas por mí, además de eso por alguna razón que no logro explicarme, también llevaba un celular de esos que parecen de seguridad (en caso de que te asalten lo arrojas a la cabeza del malandrín y corres).
Mi prima (la que mencioné al principio) hizo el favor de llevarme, pues ella conocía a la maestra con la que tomaría clases (o intento de ellas); me presentó con la Miss María Juana (no recuerdo el nombre pero ese suena razonable) y se fue. La Miss M.J. (pa’ los cuates) me introdujo al salón y me presentó con los que serían mis compañeritos.
M.J.: a ver…silencio, cállensen, shhhh…Si-len-cio
Niñogordito: …ya fumen a la profesora MariJuana
M.J.: Robustino ¿no escuchastes? Dije cállensen. A ver, les voy a presentar a un niño; ven, ven pa’cá ¿cómo dices que te llamas?
SEXY: Mi nombre es -inserte aquí mi nombre- estimada profesora
M.J.: ajá sí, pus él es - encajen acá el nombre- y va a tomar clases con nosotros; siéntate en donde puedas…digo, por ahí
La clase comenzó; o tal vez no, no lo recuerdo (es extraño, no recuerdo la clase). Sólo recuerdo que todos me veían (como estrella de cine) y que algunas niñas se sonreían cuando las volteaba a ver. Ahí fue la primera vez que comprendí que un feo en el lugar correcto puede ser el hombre más guapo del mundo. Durante una de las clases de las que no me acuerdo, la maestra estaba escribiendo las vocales en el pizarrón mientras que los niños, niñas y un espécimen extraño iban repitiendo un poco forzados cada una de las letras, no pude evitar pensar (bueno seguro yo también me forcé un poco para pensar) que justo lo que ellos estaban viendo ese año, ese mes, semana, día, hora, minuto y segundo, yo lo había visto en el Kínder Garden (jardín de niños pa’ la prole); me sentí tan importante e inteligente, no me explicaba cómo mi mamá estaba enojada conmigo por no sacar buenas calificaciones (o por no pasar las materias) si lo que yo veía en la escuela era mucho más complicado que eso. Por un momento quise quedarme en ese salón a tomar clases (y obvio sacar 10 para siempre).
Unos minutos antes del recreo, doña Merry Jane nos dio chance de echar el chisme, ya saben lo clásico:
Niñaconcoletotas: ¿de dónde eres?
Niñagordita: ¿trais lonche?
Niñabonita: ¿en Puebla también hay escuelas?
Niñohijeputa: ¿qué trais con mi novia?
Niñagordita: ni mi está haciendo nada
Espécimenextraño: que guapo que eres
Niñoquesecreeamigable: ¿qué trais en tu mochila cuate?
Poco a poco les fui presumiendo mis creaciones pictográficas, una por una se fueron maravillando con mi talento y mis dotes artísticos; pero la atención cambió cuando de repente un morrito cabeza de zanahoria pelada (no sé cómo es eso, pero suena padre) sacó el celular de tamaño descomunal. Todos empezaron a preguntar qué era, para qué servía, cómo funcionaba:
Todos: ¿Qué es?
Todos: ¿Para qué sirve?
Todos: ¿Cómo funciona?
(Les dije que eso preguntaron)
Hasta la maestra estaba ahí de chismosa… Pero la niña que me había gustado nomás no prestaba atención a mi aparatote (que presuntuoso), eso sí, las demás no se le despegaban; es que estaba re durote y grandote.
…
…
…
…
Wey en Cabina: ¿qué pasó, por qué te callas?
SEXY: Es que…ya no me acuerdo que pasó después
Wey en Cabina: ¿cómo que no te acuerdas?
SEXY: Pues sí wey, a veces pasa…simplemente, creo que no pasó nada importante
Wey en Cabina: ¿y entonces; pa’ qué me pediste que grabara con tanta urgencia?
SEXY: Pues porque está padre…. ¿no?
Wey en Cabina: no mames we…pus ya, deja la moraleja
SEXY: Ya la dije:
Moraleja: Un feo en el lugar correcto puede ser el hombre más guapo del mundo.
6 comentarios:
Eeeeh?!? Oye pense que este blog habia morido!
hahahaha buueno ps la vdd es qe no teniia nada qe hacer ii ia van variias veces qe me pides qe te scriiba... asii qe ps ia lo leii ii sigo diciendo qe eres una de las personas mas cagadas qe he conociido hahahhaha pero ...a nadiie se le olviida de esa forma la historia!!! qe pasa despues buu!! me qede con la intriiga xD hahaha perooo ...qe constructiiva moraleja!! (aja) xD
hahaha te adoro!! un beSo ciaooo!!
Stephaniie
Qué grande la historia de los chicles!! ;)
genial...
Es muy diverido leer tu blog!jjajaj
me sacaste unas cuantas carcajadas!
un beso. (y gracias ;D )
qué gran historia la del chicle... jajaja
me rio un monton con tus post! genial...
un beso!
(y gracias ;D )
Me quede picada, con eso de tu aparato-te ... xD
pero como dice mi abuela ... Falda nueva, cualquiera la quiere estrenar.
Jajajajaja, en este momento digo: ¡Enorme!
"Ahí fue la primera vez que comprendí que un feo en el lugar correcto puede ser el hombre más guapo del mundo"
Pluma ágil, ganas de contar y contarlo bien.
Felicidades por el programa y estaré sintonizádolo en lo venidero.
Saludos!
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